Dios es soberano y nos creó con ese gran amor que ya conocemos. Nos dio además la libertad de decidir entre el bien y el mal. Tenemos ambas cosas dentro, pero nosotros decidimos a cuál de las dos alimentamos más. De acuerdo con esa decisión, viviremos y experimentaremos las consecuencias que conllevan.
El Señor hizo la tierra con su poder y la preserva con su sabiduría. Con su propia inteligencia desplegó los cielos.
Jeremías 51:15