¿Alguna vez has sentido que oras y clamas a Dios… pero Dios guarda silencio?

En esta semana, el Ps. Emmanuel nos enseña una verdad transformadora: el silencio de Dios no significa que Él esté ausente; significa que está obrando en lo profundo.

A través de la historia de Samuel y su madre Ana, aprendimos que los momentos más silenciosos de tu vida pueden ser los más estratégicos en el cielo.

Descubre por qué tu fidelidad en lo secreto importa, cómo Dios habla en medio de la rutina, y por qué no debes rendirte aunque no veas resultados todavía.

Basado en 1 Samuel 1 y 3, y Gálatas 6:9, este mensaje te animará a seguir presentándote delante de Dios, confiando en que Él te está formando, afinando y posicionando para lo que viene.