Gedeón era un hombre de baja autoestima y una inseguridad profunda. Sin embargo, Dios lo transformó en “un varón esforzado y valiente”
Dios sabe que somos débiles, su amor y fidelidad no están condicionados a nuestras fuerzas.
“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2a Corintios 12:9