En el último Discos Locos, al menos en este formato, hoy nos ocupamos de “Station to station”, un disco que el propio Bowie no recordaba haber grabado. Consumido por la paranoia y la cocaína, el cantante crea a un personaje “El delgado duque blanco”, quién se supone que es quién canta las canciones del disco. Descrito de muchas maneras, dicho “Delgado duque blanco” es, básicamente, una criatura bella y amoral, hecha para ser amada pero incapaz de amar, un monstruo desconectado de la humanidad pero que al mismo tiempo – tal y como se adivina por algunas de las canciones – lucha por tener una conexión con el mundo que le rodea.