Es increíble cómo las heridas emocionales que sufrimos en el pasado pueden afectar a nuestra relación de pareja y básicamente a todas nuestras relaciones. Además, los mecanismos de defensa que desarrollamos de pequeños para protegernos van permeando nuestra personalidad y nos impiden desarrollar nuestra verdadera identidad y disfrutar de una vida plena y feliz.