El 10 de febrero de 1998, en la Granja Penal Pavón de Guatemala, se ejecutó a Manuel Martínez Coronado con la inyección letal, culpable del asesinato de 7 personas por una disputa de tierras.
Esta polémica ejecución fue la primera por inyección letal en Guatemala y fue transmitida en vivo por televisión para todo el país.