Este episodio nos lleva a reflexionar sobre el poder de sembrar primero en obediencia, aun cuando no vemos cómo llegará la provisión. A través de la historia de una mujer que creyó la palabra de Dios y dio primero, descubrimos cómo la obediencia abre la puerta al milagro. Cuando confiamos en Dios por encima de nuestras circunstancias, Su provisión nunca se agota.

“No tengas temor… hazme a mí primero una pequeña torta cocida… porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá.”

(1 Reyes 17:13–14, RVR1960)