La vida es maravillosa cuando hacemos lo que nos da la gana, es decir cuando nos sentimos libres. Pero sólo somos libres cuando nos autodeterminamos al bien, si esto no ocurre nos convertimos en esclavos de nuestras apetencias, pero no actuaremos porque nos da la gana.
Educar a los hijos en libertad es una tarea apasionante y difícil, pero en el siglo XXI es la única posible. No funciona el miedo, el castigo ni el premio.