Estamos acostumbrados a ver las cosas como objetos inanimados, pero existen culturas donde se otorga un valor espiritual a todo aquello que nos rodea. Aprender a reparar los objetos, darles significado, ser conscientes a la hora de adquirirlos, es una forma de ir encontrando sentido a nuestra propia existencia.
En un mundo donde las cosas no duran, donde todo se compra y se tira a una velocidad pasmosa, es importante reflexionar acerca del consumo y de la manera en que éste refleja otros aspectos de nuestra vida.