Este capítulo explora cómo el egoísmo puede ser un obstáculo en las relaciones y cómo el amor genuino implica poner las necesidades de la pareja antes que las propias. Practicar el amor no egoísta fortalece el vínculo y fomenta un ambiente de respeto y gratitud. El desafío del capítulo es realizar un acto de amor desinteresado, sin esperar nada a cambio, como una forma de nutrir la relación y crear un amor auténtico.