Piensa en la última vez que tuviste un momento de pausa. Tal vez estabas en la sala de espera del médico, en la cola del supermercado o en tu sofá después de un día largo. ¿Qué hiciste? ¿Te sentaste a observar el entorno? ¿Te permitiste estar en silencio con tus pensamientos? O, como la mayoría de nosotros, ¿sacaste tu teléfono y comenzaste a deslizar el dedo por la pantalla? Redes sociales, noticias, memes, videos cortos... la vida moderna se ha convertido en un ‘scroll’ infinito, un desplazamiento sin fin que nos promete distracción, pero nos deja vacíos.
Este episodio trata sobre eso: el arte de distraernos. Porque sí, hemos convertido la distracción en un arte, pero también en una forma de anestesia. ¿Qué estamos evitando al vivir desplazándonos sin rumbo por el contenido digital? ¿Por qué le tememos tanto a los momentos de quietud? Hoy vamos a reflexionar sobre cómo esta dinámica afecta nuestra percepción del tiempo, nuestra relación con nosotros mismos y nuestro sentido de propósito.