En el panorama político global, los líderes populistas, que desafían las nociones tradicionales de democracia, aprovechan la desconfianza en las instituciones políticas convencionales, utilizando la manipulación emocional y la promoción de una seguridad ilusoria. Estos políticos ganan terreno fomentando la lealtad a través de discursos emotivos, explotando el nacionalismo extremo y controlando la información. Este fenómeno se ve impulsado por el descontento ante políticos tradicionales y la falta de soluciones a los problemas ciudadanos.