El mes de noviembre es el mes de los difuntos, y la reciente entrega del Balón de Oro nos puede llevar a pensar en esa pregunta de Jesús: ¿de qué sirve ganar el mundo entero si se pierde el alma?
El mes de noviembre es el mes de los difuntos, y la reciente entrega del Balón de Oro nos puede llevar a pensar en esa pregunta de Jesús: ¿de qué sirve ganar el mundo entero si se pierde el alma?