Lo que mal empieza, mal acaba. El fichaje de Neymar ha terminado resultando uno de los hechos mas escabrosos de la historia reciente de nuestro amado club. Un fichaje que puso a la institución en la picota, unos responsables que se lavaron las manos y un rendimiento del jugador que nunca estuvo a la altura de las enormes expectativas depositadas.
Hoy nos despedimos de Neymar con la maquina de bilis activada y a máxima potencia. Y sobretodo, con el deseo fehaciente de que este golfo, esta rata de alcantarilla, no vuelva nunca mas a representar al club que tanto le ha dado y que el ha mancillado con premeditación y alevosía.