Más que una criptomoneda, se trata de un salto en la programación de apps de mensajería, haciendo que Telegram se aleje del terreno de competencia con WhatsApp y acercándose al de WeChat y, claro, a Bitcoin.
Una forma de capitalizar la empresa sin tener rondas de financiación como una StartUp y sin vender la compañía a uno de los gigantes.
Telegram puede ser vital para el desarrollo e implementación de las nuevas formas culturales de vivir en un mundo tecnológico. ¡Hacer contratos por Telegram! Pagar cuentas por Telegram. Hablar por Telegram y quien sabe cuantas cosas más podríamos hacer por Telegram. Y sin pedirle permiso a ningún gobierno.