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“El bote salvador”: breve cuento de origen popular sobre el desapego
Tres compañeros espirituales caminaban a través de un bosque en el sur de India. Cerca de ellos, un tigre hambriento les seguía el rastro. Aunque los delgados renunciantes no parecían ser un gran banquete, la desesperación del tigre pudo más, y se apuró en cazarlos. Alertados por los ruidos de la corrida del tigre, los tres ascetas se largaron desesperadamente en huida. Ni siquiera perdieron tiempo en trepar un árbol, el tigre también podría alcanzarlos allí. Finalmente, se toparon con un río muy caudaloso; no era posible cruzarlo, por lo que siguieron corriendo a lo largo de la ribera, con el felino pisándole los talones. Cuando estaba por alcanzarlos, ¡milagrosamente aparece un bote sobre la orilla! Los yoguis se lanzan a bordo empujando el bote hacia la corriente del río, donde el tigre ya no pudo alcanzarles.
El bote navegó a la deriva corriente abajo, mientras los tres compañeros recobraban el aliento, agradeciendo a la divina providencia por la inesperada salvación. Horas después, el bote llegó a un remanso hasta que se posó en el margen del río. El paisaje era muy distinto allí, con un panorama desértico delante de ellos. Se bajan del bote, continuando con sus plegarias de agradecimiento, y cuando estaban por emprender la marcha por la llanura árida, uno de ellos alerta a los otros: -“Hermanos, este bote nos ha salvado la vida. ¿Así, sin más, lo vamos a abandonar? Ha sido un regalo de la divinidad, no lo dejemos tirado, llevémoslo cargándolo entre todos”.
Tras un breve debate, los compañeros espirituales decidieron cargar el bote con ellos, y emprender la marcha por el desierto. Con largas horas bajo el sol, y con el peso del bote, poco tardaron estos personajes en desfallecer, hasta que les llegó su final en esta vida.
Tiempo después un explorador encuentra los tres esqueletos junto al bote, resecados bajo el sol abrasador. –“¡Que ocurrencia! ¿Qué uso podría tener un bote en el desierto para que estos tres lo carguen hasta morir?”.
“El bote salvador”: breve cuento de origen popular sobre el desapego
Tres compañeros espirituales caminaban a través de un bosque en el sur de India. Cerca de ellos, un tigre hambriento les seguía el rastro. Aunque los delgados renunciantes no parecían ser un gran banquete, la desesperación del tigre pudo más, y se apuró en cazarlos. Alertados por los ruidos de la corrida del tigre, los tres ascetas se largaron desesperadamente en huida. Ni siquiera perdieron tiempo en trepar un árbol, el tigre también podría alcanzarlos allí. Finalmente, se toparon con un río muy caudaloso; no era posible cruzarlo, por lo que siguieron corriendo a lo largo de la ribera, con el felino pisándole los talones. Cuando estaba por alcanzarlos, ¡milagrosamente aparece un bote sobre la orilla! Los yoguis se lanzan a bordo empujando el bote hacia la corriente del río, donde el tigre ya no pudo alcanzarles.
El bote navegó a la deriva corriente abajo, mientras los tres compañeros recobraban el aliento, agradeciendo a la divina providencia por la inesperada salvación. Horas después, el bote llegó a un remanso hasta que se posó en el margen del río. El paisaje era muy distinto allí, con un panorama desértico delante de ellos. Se bajan del bote, continuando con sus plegarias de agradecimiento, y cuando estaban por emprender la marcha por la llanura árida, uno de ellos alerta a los otros: -“Hermanos, este bote nos ha salvado la vida. ¿Así, sin más, lo vamos a abandonar? Ha sido un regalo de la divinidad, no lo dejemos tirado, llevémoslo cargándolo entre todos”.
Tras un breve debate, los compañeros espirituales decidieron cargar el bote con ellos, y emprender la marcha por el desierto. Con largas horas bajo el sol, y con el peso del bote, poco tardaron estos personajes en desfallecer, hasta que les llegó su final en esta vida.
Tiempo después un explorador encuentra los tres esqueletos junto al bote, resecados bajo el sol abrasador. –“¡Que ocurrencia! ¿Qué uso podría tener un bote en el desierto para que estos tres lo carguen hasta morir?”.