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Lucas 9:49-62
49 Y Juan respondió: «Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en Tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no anda con nosotros». 50 Pero Jesús le dijo: «No se lo impidan; porque el que no está contra ustedes, está con ustedes».
51 Sucedió que cuando se cumplían los días de Su ascensión, Jesús, con determinación, afirmó Su rostro para ir a Jerusalén. 52 Y envió mensajeros delante de Él; y ellos fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacer los preparativos para Él. 53 Pero no lo recibieron, porque sabían que había determinado ir a Jerusalén.
54 Al ver esto, Sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?». 55 Pero Él, volviéndose, los reprendió, y dijo: «Ustedes no saben de qué espíritu son, 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas». Y se fueron a otra aldea.
57 Mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». 58 «Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos», le dijo Jesús, «pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza».
59 A otro le dijo: «Ven tras Mí». Pero él contestó: «Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre». 60 «Deja que los muertos entierren a sus muertos», le respondió Jesús; «pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios».
61 También otro dijo: «Te seguiré, Señor; pero primero permíteme despedirme de los de mi casa». 62 Pero Jesús le dijo: «Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios».
By Iglesia El RedilLucas 9:49-62
49 Y Juan respondió: «Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en Tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no anda con nosotros». 50 Pero Jesús le dijo: «No se lo impidan; porque el que no está contra ustedes, está con ustedes».
51 Sucedió que cuando se cumplían los días de Su ascensión, Jesús, con determinación, afirmó Su rostro para ir a Jerusalén. 52 Y envió mensajeros delante de Él; y ellos fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacer los preparativos para Él. 53 Pero no lo recibieron, porque sabían que había determinado ir a Jerusalén.
54 Al ver esto, Sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?». 55 Pero Él, volviéndose, los reprendió, y dijo: «Ustedes no saben de qué espíritu son, 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas». Y se fueron a otra aldea.
57 Mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». 58 «Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos», le dijo Jesús, «pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza».
59 A otro le dijo: «Ven tras Mí». Pero él contestó: «Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre». 60 «Deja que los muertos entierren a sus muertos», le respondió Jesús; «pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios».
61 También otro dijo: «Te seguiré, Señor; pero primero permíteme despedirme de los de mi casa». 62 Pero Jesús le dijo: «Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios».