Al hacernos la pregunta ¿Qué es la cultura, cómo se puede definir, qué elementos podemos estudiar para obtener información sobre diferentes aspectos de una comunidad humana?, automáticamente pensamos en las disciplinas que se encargan de contestar estas preguntas fundamentales. La Historia, la Filosofía, la Literatura, la Sociología y, por supuesto la Arqueología.
Volviendo a la Arqueología, los diferentes restos materiales hallados en los yacimientos (piedra, hueso, cerámica, metal y vidrio, entre otros) y su disposición en diferentes estratos, sumado a un análisis del territorio y el periodo al que corresponden, son las herramientas que nos permiten explicar y definir culturas pasadas.
El grado de precisión sobre las actividades de aquellos que nos precedieron es cada vez más alto, gracias a la tecnología. Si además encontramos representaciones gráficas o textos, esta imagen se torna más clara.
Pero qué pensaríamos si dijésemos que podemos acercarnos a la definición y caracterización de una cultura a través de otros elementos que, hasta ahora, no habían sido tenidos en cuenta como identitarios de una “cultura”.
¿Qué pensarían si les dijésemos que el estudio de los videojuegos aporta mucha luz sobre quiénes somos?
Hoy hablamos precisamente de esta cuestión.
Se acaba de publicar un interesantísimo libro titulado “Yacimiento píxel, los videojuegos como cultura material” cuyo autor, Daniel García Raso, nos propone una fascinante tesis sobre el estudio de estas creaciones de entretenimiento digital y lo que dicen de nosotros y nuestra cultura.
Como ya hemos comentado en anteriores programas, algo está cambiando en la Arqueología y en mi opinión, este cambio es realmente positivo.
Autores como Daniel García y editores como Jaime Almansa (editor de esta publicación a través de su editorial JAS Arqueología), son la punta de lanza de una nueva forma de ver esta disciplina, con propuestas tan interesantes como transversales.