El fútbol, desgraciadamente, es una herramienta muy potente para  aquellos que usan la violencia como vehículo de expresión de sus ideas.  Los altercados tras un partido entre dos clubes egipcios condenó al  fútbol del país al ostracismo internacional, del que sólo pudieron salir  con tiempo, trabajo, y el surgimiento de una gran estrella  internacional.