Hablamos de unos conceptos que os tienen que quedar muy claros para que no os tomen el pelo a la hora de ver publicada vuestra obra: el riesgo y el beneficio.
Y es que escribir es una actividad económica, ya lo decíamos en las primeras entregas, y como tal, está sujeta a las reglas del mercado, como cualquier objeto del comercio. En eso, no es distinto a unas zapatillas, un automóvil, un aspirador o vuestro smartphone.
Hablamos de lo que distingue a una editorial legal, a una empresa de autoedición encubierta que opera al margen de la Ley de Propiedad Intelectual, y a una legítima empresa de servicios editoriales, al servicio de la autoedición de calidad.
También os pediré espacio en vuestra piel para tatuaros el fundamental artículo 58 de la LPI, un auténtico núcleo de los derechos y obligaciones de autores y editores.
¿Nos acompañas?