Un sol de justicia caía sobre los muros encalados del malagueño barrio de Capuchinos. En el número 23 de la calle Alta, Trinidad Gómez se afanaba en terminar las labores domésticas. Desde la ventana de la cocina la humilde ama de casa tenía una vista privilegiada del constante ir y venir de sus vecinos en aquel sofocante día de verano.....