Un hombre hipocondriaco debe luchar con su aparente dolor de huesos, deberá debatirse entre lo real y lo imaginario de su condición; ya que, al parecer, su esqueleto tiene vida propia.
Un hombre hipocondriaco debe luchar con su aparente dolor de huesos, deberá debatirse entre lo real y lo imaginario de su condición; ya que, al parecer, su esqueleto tiene vida propia.