Esos frutos del Espiritu se recogen en nosotros, pero no es para nosotros: como cualquier fruto que ofrece una planta, principalmente es para el mundo, y la planta no elige quien lo cosecha.
Esos frutos del Espiritu se recogen en nosotros, pero no es para nosotros: como cualquier fruto que ofrece una planta, principalmente es para el mundo, y la planta no elige quien lo cosecha.