En esta segunda parte, Pablo transmite un mensaje de poder acerca de la potencia del amor y fe en Dios. Se nos presenta a Cristo como la base principal del poder universal de Dios. El es la fuente de amor y no de odio y destrucción. Cristo es el centro de todo. El esta dentro de cada cristiano y esto es lo que nos debe mantener firmes, la potencia de su poder y amor por nuestras vidas.