Todos tenemos al menos una casa, con suerte tenemos dos o tres. En la casa dos o en la casa tres podemos vivir mucho tiempo o poquito, y si queremos abrimos la puerta y no salimos a dar un paseo.
Pero la casa aún no vive con nosotros, está llena con nuestros recuerdos, nuestros secretos y nuestros miedos.