La vuelta a La Rosaleda supuso un soplo de aire en un Málaga que arrolló al Andorra y toca analizarlo en ‘El Pizarrón’. Cuando se juega en casa, todo sale. Las presiones funcionan. Las jugadas acaban en gol. Los rivales chutan a los palos. El partido ante del domingo es una masterclass de lo que son 90 minutos completísimos. Una primera parte soberbia por el planteamiento de Pellicer y una segunda que bordaron los jugadores.