Hacia el comienzo de la década de 1890, la Diputación Provincial de Huelva encargó a Ricardo Velázquez Bosco la creación de un monumento a Colón y los exploradores de América en una parcela anteriormente poseída por la Casa de Alba, en las proximidades del monasterio de la Rábida. Debajo de ese monumento aparecieron tres grandes esculturas con cabezas que corresponden a representaciones femeninas de indígenas de las tres culturas americanas pre-colombinas más representativas: azteca, maya y taína