En mayo de 2012, un incendio provocado destruyó la casa de la familia Philpott en Derby, Inglaterra, causando la muerte de seis niños mientras dormían. El caso conmocionó al Reino Unido.

Mick Philpott, su esposa Mairead, y un amigo llamado Paul Mosley fueron declarados culpables del crimen. La investigación reveló que Mick planeó el incendio para intentar culpar a su ex pareja y así recuperar la custodia de otros hijos, además de ganar simpatía pública.

El plan salió terriblemente mal y terminó con la trágica muerte de los niños. En 2013, Mick fue condenado a cadena perpetua, Mairead y Mosley recibieron 17 años de prisión cada uno.

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