Bienvenidos a este nuevo episodio de El Día de la Marmota. Hoy vamos a hablar de un tema que, aunque incómodo, forma parte de la vida de muchos de nosotros. Ese punto de inflexión donde nos damos cuenta de que hemos estirado demasiado algo que ya estaba destinado a romperse. Puede ser una relación, un trabajo, o incluso una promesa que nos hemos hecho a nosotros mismos.

Es ese momento en el que, a pesar de todas las señales, seguimos diciendo: "Un poco más. Solo unos meses más. Seguro que todo se arreglará". Pero, ¿a qué precio? ¿Qué pasa cuando alargamos lo inevitable?