Nuestras palabras tienen peso y responsabilidad. Y aunque nuestra lengua es pequeña, su influencia es enorme. Todos podemos recordar palabras hirientes que nos marcaron y que al pasar los años no las hemos podido olvidar. De la misma forma, nuestras palabras pueden marcar a otros de una forma muy profunda. ¿Hay alguna solución? Te invitamos a escuchar este sermón para obtenerla.