Cuando llega la desilusión, el rechazo y el dolor, ¿cómo vas a responder? ¿Responderás con ira, amargura y resentimiento o te volverás responsable? El llamado es a hacernos cargo de nuestra vida. Nada ni nadie puede robarte la posibilidad de responder de la mejor manera. El gran desafío es encontrar significado y propósito en las adversidades más grandes de la vida. A veces lo mejor viene envuelto de lo peor y solo la fe te ayudará a desenvolverlo. No te estanques en las cosas que te sucedieron. Soltá, perdoná, avanzá.