Si queremos ser bienaventurados, hemos de recordar siempre la ley inquebrantable: Segaremos lo que sembramos. No es razonable pensar que vamos a tener buenas condiciones físicas sin dieta y ejercicio, buenas cosas materiales sin trabajo y administración de finanzas, o buenas relaciones sin comunicación e inversión de tiempo. Siempre obtendremos los resultados de nuestras acciones, cosechando lo que sembramos.Mateo 6:9-10 dice, “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.Nuestro Dios reside en los cielos. Si deseamos tener Su bendición, allí es donde tenemos que buscarle. En el cielo, las cosas se hacen como Él dice. No podemos esperar ser bienaventurados viviendo de acuerdo a los principios enseñados por este mundo. Los principios del mundo y los principios de Dios no se llevan. Si vamos a ser bendecidos por Dios, tenemos que vivir de acuerdo a Sus reglas.Tenemos que desear el Reino. Siempre me ha extrañado como las personas van a vivir a otro país para “superar”, pero, luego, en lo único que superan, un poco, es en lo económico. Peor, todavía, intentan cambiar el lugar al cual han llegado, en el lugar del cual han salido huyendo. Si venimos corriendo al Reino de Dios, sabiendo que era nuestra única salvación, ¿por qué es que luchamos constantemente para convertirlo en el mundo? Si el Reino de los Cielos fuera el mundo, quedamos igual de perdidos. ¿Cuál es el chiste en eso? Anhelar el Reino de los cielos, es anhelar santidad. Es anhelar la presencia y poder de Dios. Es anhelar que las cosas sean hechas aquí en la tierra, de la manera en que se hacen en el cielo.Tenemos que someternos a Dios. Es Dios quien ha creado el universo y todo lo que hay en él. Es Él quien tiene la última palabra. Satanás el enemigo ha intentado hacernos creer que él es dios, mas por mucho que lo desee, nunca podrá ser. Dios solo hay uno. Y Satanás no es él. Si queremos ser bienaventurados, más nos vale escoger bien a cuál Reino vamos a pertenecer. Si escogemos el Reino de los Cielos para someternos a Dios, vamos bien. Si escogemos el reino del mundo, vamos mal, muy, pero, muy mal. Si eres mi hermano o hermana en la fe, sabes perfectamente bien de lo que hablo. Cada uno de nosotros sabemos si vamos bien, o si vamos mal en cuanto a nuestro trabajo por el Reino. Cuando Satanás quiso tomarse el Reino de los Cielos, el arcángel Miguel se levantó a pelear contra él. Dios no necesitó de la ayuda del arcángel, pero, si no se hubiera levantado a pelear, hubiera perdido mi respeto. De la misma manera pierdo el respeto para todo creyente (me incluyo), que no se para firme por el Reino.
EL REINO DE LOS CIELOSLun 06...Mateo 6:33Mar 07...Marcos 1:15Mié 08...Mateo 4:17Jue 09...Marcos 10:15Vie 10...Mateo 13:44