Eva siempre había soñado con los misterios del mar. Desde pequeña, se pasaba horas observando las olas romper en la orilla, imaginando lo que se ocultaba en lo profundo del océano. Creció cerca de un pequeño pueblo costero, donde las historias sobre criaturas marinas y tesoros hundidos eran contadas por los ancianos, pero ninguna la cautivó tanto como la leyenda del “Corazón del Mar”.