Nuestro Señor se refiere a que, por el poder de su Espíritu, primero levanta a una vida nueva a los que estaban muertos en pecado y, luego, levanta a los muertos desde sus sepulcros. Creamos nosotros su testimonio: así, nuestra fe y esperanza serán en Dios y no entraremos en condenación. | Pr. Antonio Urrutia V.