La carne y la sangre del Hijo del hombre denotan al Redentor en su naturaleza humana; Cristo, y Él crucificado, y la redención obrada por Él, con todos los beneficios preciosos de la redención: el perdón de pecado, la aceptación de Dios, el camino al trono de la gracia, las promesas del pacto, y la vida eterna. Se les llama carne y sangre de Cristo, porque fueron comprados debido a que su cuerpo fue partido y su sangre, derramada. | Pr. Antonio Urrutia V.