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Ana Mercedes Rivas Guzmán nació en 1983 en la Ciudad de México, Distrito Federal, siendo la menor de tres hermanos. Sus padres, originarios de El Salvador, emigraron a México huyendo del conflicto armado de la época. A la edad de 13 años, Rivas Guzmán se mudó con su familia a El Salvador.
Aunque no se crio en un ambiente formalmente religioso, su madre le brindó un firme ejemplo de fe y servicio, infundiéndole un amor por el servicio al prójimo y una actitud atenta hacia quienes la rodean. Siguiendo este ejemplo, Rivas Guzmán se bautizó en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a los 14 años.
Tuvo la oportunidad de servir como misionera de tiempo completo en Osorno, Chile, donde profundizó su conocimiento y testimonio del Salvador Jesucristo. Posteriormente, a los 30 años, se selló en el Templo de Guatemala con su esposo, originario de Guatemala. Actualmente, la pareja es madre de dos hijos, Valentina y Cristian.
El evangelio ha sido una fuente de felicidad y fortaleza a pesar de los desafíos. Actualmente, además de ser ama de casa y cuidar de su familia, Ana y su esposo sirven conjuntamente como misioneros de servicio por un período de dos años. Ella tiene un profundo amor por el evangelio y encuentra gran alegría y propósito al brindar servicio a todo aquel que le es posible.
By Leading SaintsAna Mercedes Rivas Guzmán nació en 1983 en la Ciudad de México, Distrito Federal, siendo la menor de tres hermanos. Sus padres, originarios de El Salvador, emigraron a México huyendo del conflicto armado de la época. A la edad de 13 años, Rivas Guzmán se mudó con su familia a El Salvador.
Aunque no se crio en un ambiente formalmente religioso, su madre le brindó un firme ejemplo de fe y servicio, infundiéndole un amor por el servicio al prójimo y una actitud atenta hacia quienes la rodean. Siguiendo este ejemplo, Rivas Guzmán se bautizó en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a los 14 años.
Tuvo la oportunidad de servir como misionera de tiempo completo en Osorno, Chile, donde profundizó su conocimiento y testimonio del Salvador Jesucristo. Posteriormente, a los 30 años, se selló en el Templo de Guatemala con su esposo, originario de Guatemala. Actualmente, la pareja es madre de dos hijos, Valentina y Cristian.
El evangelio ha sido una fuente de felicidad y fortaleza a pesar de los desafíos. Actualmente, además de ser ama de casa y cuidar de su familia, Ana y su esposo sirven conjuntamente como misioneros de servicio por un período de dos años. Ella tiene un profundo amor por el evangelio y encuentra gran alegría y propósito al brindar servicio a todo aquel que le es posible.