Si bien los habitantes de este mundo son egoístas por naturaleza, los que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador hemos recibido del mismo Señor el legado del servicio hacia los demás
Si bien los habitantes de este mundo son egoístas por naturaleza, los que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador hemos recibido del mismo Señor el legado del servicio hacia los demás