Podcast – Integración o ReInmigración Título: El tabú de la seguridad: cómo el antirracismo impide que Italia gobierne la inmigración Bienvenido a un nuevo episodio del podcast Integración o ReInmigración.
En esta ocasión quiero explicar una dinámica que está marcando profundamente el debate italiano sobre inmigración, y que también es importante para quienes nos escuchan desde otros países.
No se trata solo de estadísticas o de política.
Se trata de cómo, en Italia, el tema de la seguridad suele desaparecer del debate público porque se traslada inmediatamente al terreno moral. En Italia ocurre algo muy claro: cuando alguien intenta hablar de la relación entre inmigración y seguridad, la conversación rara vez se mantiene en los hechos o en los datos reales.
Se convierte enseguida en un juicio sobre las intenciones del que habla.
La pregunta deja de ser “¿cuáles son los problemas?” y pasa a ser “¿por qué estás hablando de esto?”.
Así, la seguridad deja de ser una cuestión normal de política pública y se convierte en un tema sospechoso, casi prohibido. En los últimos meses esta dinámica ha vuelto a ser muy visible.
Diversas intervenciones en los medios han insistido en la idea de que las preocupaciones sobre la seguridad están exageradas, distorsionadas o basadas en prejuicios culturales.
Pero este enfoque tiene un efecto claro: hace imposible abordar lo que realmente está ocurriendo en el territorio.
Los problemas de los municipios, las tensiones sociales, las dificultades de algunos barrios… todo queda relegado a un segundo plano.
El problema deja de ser la realidad.
El problema pasa a ser quién se atreve a describirla. Para el público internacional esto puede parecer extraño, pero es exactamente lo que está ocurriendo.
Italia no está rechazando la inmigración.
Está atrapada en una especie de parálisis.
Una parte del debate público teme que hablar de seguridad signifique automáticamente criminalizar a los inmigrantes.
Y esta confusión genera un daño enorme: el análisis se interpreta como hostilidad, y la responsabilidad se interpreta como prejuicio. Las consecuencias son muy concretas.
Si el Estado no puede hablar abiertamente de los problemas, no puede resolverlos.
No puede distinguir entre quienes se integran y quienes no.
No puede intervenir en las zonas donde la integración está fallando.
Y, sobre todo, no puede mantener un equilibrio claro entre derechos y deberes. Aquí es donde entra en juego el paradigma “Integración o ReInmigración”.
No es un eslogan político.
No es una postura ideológica.
Es un método de gobierno.
Significa que quien llega a Italia debe seguir un camino claro, medible y verificable.
Un camino basado en el trabajo, el aprendizaje del idioma y el respeto de las normas.
Cuando este camino funciona, la permanencia es natural.
Cuando no funciona, la permanencia no puede convertirse en un derecho automático. La ReInmigración no es un castigo.
Es la consecuencia lógica de un sistema que quiere ser coherente y creíble.
Un sistema que evalúa, distingue y decide.
Un sistema que no tiene miedo de hablar de seguridad solo porque alguien pueda acusar a otros de racismo. Hoy Italia no dice “no” a la inmigración.
Dice “no” a la idea de que no se pueda hablar de ella.
Dice “no” a que las categorías morales sustituyan el análisis de los hechos.
Y busca construir un modelo que coloque nuevamente la realidad en el centro del debate. El paradigma “Integración o ReInmigración” nació para esto.
Sirve para devolver la seguridad al terreno de la política pública.
Sirve para que el Estado pueda gobernar de verdad los flujos migratorios.
Y sirve para crear un equilibrio sostenible, basado en derechos y responsabilidades, no en silencios y temores. Soy el abogado Fabio Loscerbo, y te invito a leer más análisis y contenidos en www.reimmigrazione.com.