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Desde que el ser humano comenzó a mirar las profundidades del Cosmos, la humanidad no ha dejado de asombrarse de lo frágil que es nuestro pequeño mundo azul. Allá, a lo lejos, tienen lugar acontecimientos de tal magnitud que ningún planeta como el nuestro, es más, ninguna estrella como la que nos ilumina podría sobrevivir. Una muestra de ello, según se publica en dos artículos en las revistas Nature y Nature Astronomy, ha sido la observación de un fenómeno de tal potencia que iluminó el Cosmos con la intensidad de mil billones de soles. El análisis de los datos recogidos apunta a un suceso que tuvo lugar hace más de 8.500 millones de años, en el centro de una galaxia donde un agujero negro supermasivo despedazó y engulló una estrella. Al hacerlo, en una especie de eructo de dimensiones cósmicas, el agujero emitió un chorro de materia a velocidades cercanas a las de la luz, un jet relativista, que, para suerte de los observadores, apuntaba directamente a la Tierra. Entre los científicos que han firmado estos trabajos está el investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía, Miguel Pérez Torres. Más información en https://cienciaes.com
Desde que el ser humano comenzó a mirar las profundidades del Cosmos, la humanidad no ha dejado de asombrarse de lo frágil que es nuestro pequeño mundo azul. Allá, a lo lejos, tienen lugar acontecimientos de tal magnitud que ningún planeta como el nuestro, es más, ninguna estrella como la que nos ilumina podría sobrevivir. Una muestra de ello, según se publica en dos artículos en las revistas Nature y Nature Astronomy, ha sido la observación de un fenómeno de tal potencia que iluminó el Cosmos con la intensidad de mil billones de soles. El análisis de los datos recogidos apunta a un suceso que tuvo lugar hace más de 8.500 millones de años, en el centro de una galaxia donde un agujero negro supermasivo despedazó y engulló una estrella. Al hacerlo, en una especie de eructo de dimensiones cósmicas, el agujero emitió un chorro de materia a velocidades cercanas a las de la luz, un jet relativista, que, para suerte de los observadores, apuntaba directamente a la Tierra. Entre los científicos que han firmado estos trabajos está el investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía, Miguel Pérez Torres. Más información en https://cienciaes.com