El ser humano está preparado para tomar decisiones desde su nacimiento. Es una característica que Dios ha puesto por sobre el resto de la creación. El libre albedrío es una característica que Dios puso por el hombre al ser creado. Esa característica trae sus beneficios, nos da la libertad de poder tomar decisiones libremente por tal motivo Dios nos indica cómo tomar buenas decisiones y también nos muestra las consecuencias de tomar malas decisiones. Somos el resultado de nuestras decisiones por más que queramos desligar responsabilidades en otros. La bendición de ser libres en nuestras decisiones hace que seamos asertivos en tomarlas.