En Cartagena todavía recuerdan su nombre. Uno de los héroes de la selección de Colombia que salió campeona de América en 2001. Un delantero habilidoso. Ídolo en Tolima y Junior. Un compañero ejemplar y un futbolista superlativo. Pero todo acabó demasiado pronto para él. Fue una tarde de enero en su propia Cartagena. Cosido a balas por unos sicarios.