Con Antonio ya en la casa, se transformaron las rutinas, empezamos una nueva vida y el ritmo cambió completamente. Afortunadamente nos ajustamos muy rápido a todos estos cambios, y a pesar de las largas noches, el cansancio y las pocas horas de sueño, vivimos una época llena de amor.

A la semana de estar con Antonio en la casa tuve que volver al trabajo, lo cual me ayudó a entender que la vida seguía, y que ahora todo era un tema de adaptación a las nuevas situaciones que se me presentaban.

En estos primeros meses Antonio solo salió de la casa para controles médicos, y esto nos dio la oportunidad de conocer a la pediatra de Antonio, quien nos acompañó desde el primer día hasta el momento de irnos de Colombia; y es sin duda, una de las personas más importantes en esta aventura, pues nos acompañó en todo este nuevo aprendizaje, pero en gran medida también es  gracias a ella que podemos estar hoy narrando esta historia.

También tuvimos un primer acercamiento al síndrome de Down, y a través de un testimonio de mucho amor, recibimos una de las primeras lecciones que quedaron por siempre grabadas en nuestros corazones, y que no paramos de rectificar ni un solo día de nuestras vidas.

Music By: freemusicarchive.org (Ketsa – Better days ahead)