Todo el Antiguo Testamento apunta a Cristo (Lucas 24:44), ningún personaje bíblico, fuera de Jesús, es el protagonista o el modelo a seguir. Es una bendición de la providencia divina que vivamos de este lado del Calvario. (Mateo 13:16-17)
Lo que Job miraba de una manera “borrosa”, nosotros lo vemos claramente: la sabiduría y el poder están en Dios.