En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma.
Mas el Señor me ha sido por refugio,
Y mi Dios por roca de mi confianza.
Cuando yo decía: Mi pie resbala,
Tu misericordia, oh Señor, me sustentaba.
Salmos 94:19, 22, 18 CEE