Hogares De Pacto Devocional

Enero 21: Árbol que no da fruto será cortado.


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Mateo 21:18-22 RVA2015:
Volviendo a la ciudad por la mañana, tuvo hambre. Al ver una higuera en el camino, fue a ella; pero no encontró nada en ella sino solo hojas, y le dijo: —Nunca jamás brote fruto de ti.
Pronto se secó la higuera, y los discípulos, al verlo, se maravillaron diciendo: —¿Cómo se secó tan pronto la higuera?
Jesús respondió y les dijo: —De cierto les digo que si tienen fe y no dudan, no solo harán esto de la higuera, sino que si dicen a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, así será. Todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán.

En este capítulo observamos un milagro con dos lecciones: el Señor nos enseña a que tengamos fe y que pidamos en oración sin dudar y creyendo, y recibiremos lo que pidamos. También vemos que el Señor dio un ejemplo duro de juicio, pues era una obra sobrenatural del Señor cuando maldijo la higuera porque no dio fruto. Es una lección sobre el juicio que Dios trae sobre los que no producen frutos. 
Esta advertencia ya la había anunciado Juan El Bautista y la pudimos leer en el capítulo 3 de Mateo cuando le advierte al pueblo, especialmente a los líderes religiosos de ese tiempo, que el hacha ya estaba puesta en la raíz de los árboles y el que no dé fruto será cortado.
Los líderes religiosos de ese tiempo hablaban de Dios, estaban en el templo y hacían todos los rituales tradicionales, pero sus frutos eran de malicia, avaricia y maldad. Eso lo podemos comprobar por la forma en que ellos planearon matar a Jesús y hacerle daño a los cristianos. Vivían una vida de apariencia pero no de verdad, misericordia y justicia.
El Señor no quería que sus discípulos fueran así. Él quería, y quiere que sus seguidores nazcan y crezcan pero que también produzcan buenos frutos, pues llegará el día de separar los buenos árboles de los malos.
Por eso se sorprendieron los discípulos al ver cómo ese árbol se secó rápidamente en el tiempo dónde estaba lleno de hojas.
Ese árbol fue de los primeros que se puso frondoso, lo cual era señal de que ya debería de tener fruto porque recibía los nutrientes y el agua, pero cuando el Señor tenía una necesidad de comer, el árbol no estaba allí para agradar a Jesús. 

Así que preparémonos; si pensamos que estamos firmes en la fe y agradando a Dios sea porque también estamos dando frutos; frutos de una vida de rectitud, de obediencia a su Palabra, de meditar en su Palabra diariamente, de adoración diaria, de amor por nuestro prójimo. Y también frutos de la labor que hacemos para Él, compartiendo el mensaje de salvación, apoyando a un grupo de hogar, participando en el servicio en el templo, haciendo obras de bien.

Analice lo que dice el Salmo 1:
1 Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de los pecadores ni se sienta en la silla de los burladores.
2 Más bien, en la ley del SEÑOR está su delicia, y en ella medita de día y de noche.
3 Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae.
Todo lo que hace prosperará.

Consideremos esto y reflexionemos: ¿Qué clase de árbol soy? ¿Estoy sólo recibiendo pero no dando? ¿Qué clase de fruto estoy produciendo?

Que el Señor le fructifique en este día.

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Hogares De Pacto DevocionalBy PODERcaster. Eduardo Rodríguez