Cuando colocamos nuestra esperanza en Dios, no hay mal que sobrevenga a tu vida, ni plaga que toque tú morada porque a sus ángeles mandara a que te guarden en todos tus caminos.

La herramienta más poderosa que tenemos en nuestras vidas es la oración porque es el medio en donde hablamos con Dios y nos acerca más a Él a través de su hijo Jesucristo.

Aprender a perdonar es muy importante para poder sanar las heridas de nuestro corazón y para llegar a ser ejemplos de vida hacia los demás como hijos de Dios. Perdona y verás cómo la gloria de Dios llegará a tu vida. Cristo te ama.

Cuan importante es poder saber lo que el Señor pide de cada uno de sus hijos para que podamos vivir conforme a su voluntad y su gracia sea derramada sobre nuestras vidas.

Esta enseñanza quiere mostrarle al mundo que no hay nada más hermoso que la presencia y el favor de Dios porque Él jamás nos abandona y siempre está con nosotros apoyándonos en los momentos difíciles.

Aquellos que se preocupan por buscar la presencia del Señor, son galardonados porque es Jehová a través de su Espíritu Santo quien habla a sus corazones para que vivan una vida en bendición y gloria en Cristo Jesús. Todos debemos estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarnos, recordemos que los que fuimos escogidos por el Señor, tenemos el Espíritu Santo que mora en nuestras vidas, y Él nos ayuda a reconocer la verdad de Dios y Su dirección.

Así dice el Señor: Yo soy aquel que miro desde los cielos a todos mis hijos, busca mi presencia y mi rostro que yo soy tú Dios quien puedo cambiar todas tus circunstancias a tu favor, para Mí no hay nada imposible. Yo te amo y quiero que me ames sin medida así como te amo Yo con amor ágape.

No hay nadie es capaz de amar en la misma manera que Dios lo hace, en lo sobrenatural, en verdad, justicia y libertad. Algunos dicen ojo por ojo y diente por diente mas Jesucristo así lo dijo: amarás a tu prójimo como a ti mismo.

La misericordia del Señor es incomparable porque a pesar de que somos pecadores nos toma de la mano y nos regocija en sus brazos, perdonando todos nuestros pecados. Los mismo paso en esta hermosa parábola del hijo pródigo en donde Nuestro Señor Jesucristo nos dio una gran lección de amor y perdón.

Todo tiene su tiempo y su hora, todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de llorar y de reír, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar. El tiempo de Dios es perfecto