Esta reflexión surgió el día de ayer, mientras paseaba con Max (un compañero de vida canino), pensaba en la entrega espiritual y como muchas veces se nos pide dejar de ser nosotros para encarnar una nueva versión.
Creí muy pertinente grabarla en el momento y compartirla con ustedes; seguro que con alguien conectara el mensaje.
Espero sus comentarios.