La clase política canaria, siempre entregada a los intereses de los grandes poderes económicos, permite ahora al rico empresario norteño arrasar con la comarca que le vio nacer, permitiendo la instalación de una gran planta de biogás a escasos 500 metros de la población, despreciando con ello el peligro y los daños colaterales que este tipo de instalaciones causa a los pueblos limítrofes, simplemente por ahorrarse los costes de conexión de la línea de evacuación de energía para la futura planta, teniendo ya instalado un aerogenerador de gran potencia en la misma parcela. Priman por tanto los intereses del rico empresario norteño, del que ya hemos tenido noticias de su mal carácter y prepotencia, cuando abroncó en público a un político electo del Ayuntamiento de Guía, simplemente por exponer públicamente su oposición a la citada planta de biogás. Acostumbrados como están a hacer siempre su voluntad, a ver quien mete en vereda a semejante arrogante, con una clase política genuflexa que le idolatra. Vaya usted a saber por qué...