Todos tenemos una historia de vida y lo que quiero decirte hoy es que hay poder en tu historia.
El problema es que muchas veces nosotros tenemos vergüenza y valoramos mucho más lo malo que ha sucedido que la acción de la gracia y la redención de Dios.
El Dios que yo creo es un Dios de redención de historias. Él usa nuestra historia para no solamente redimirnos pero para que seamos un testimonio vivo de redención y que otros sean redimidos.