El equilibrio dinámico está en nuestro pecho. Aprender a mantenernos en el ojo del huracán es la única forma de librarnos del juego de los opuestos y poder conectar con aquello que realmente anhelamos.
El equilibrio dinámico está en nuestro pecho. Aprender a mantenernos en el ojo del huracán es la única forma de librarnos del juego de los opuestos y poder conectar con aquello que realmente anhelamos.